El ecuatoriano Manuel Aldaz fue enterrado este miércoles en la localidad andina de Totoras tras su fallecimiento producido el pasado domingo cuando disputaba un encuentro de fútbol aficionado de Ecuador.
Esto confirma la mala racha que atraviesa este deporte desde la muerte del sevillista Antonio Puerta en un Sevilla-Getafe durante la primera jornada de Primera división. Tras él, vinieron los casos de otro ecuatoriano, un africano en Israel, un jugador español en Huesca y un último percance de un aficionado en Pontevedra, amén de otro fallecimiento repentino en voleibol.
El fallecimiento de Aldaz es el segundo caso, en menos de quince días, de un jugador ecuatoriano aficionado que fallece en plena disputa de un choque. Fuentes periodísticas de la ciudad andina de Ambato, cerca de Totoras, confirmaron que la muerte de Aldaz se produjo en el minuto 40 de un encuentro de la liga parroquial entre su equipo, el Cachorros, y el River Plate de esa misma localidad.
Aldaz, de 31 años, que trabajaba como pintor de automóviles, habría dicho a sus padres, poco antes de morir que, para él, era “un orgullo morir en una cancha de fútbol”, señalaron las fuentes.
La autopsia determinó que Aldaz murió por asfixia, tras un paro respiratorio, y se convirtió en el segundo caso en apenas 13 días en canchas del fútbol aficionado en Ecuador, pues el pasado 2 de septiembre murió Jairo Nazareno, en circunstancias parecidas. Nazareno, de 21 años, sintió fuertes dolores en el pecho durante un partido de la Tercera división y, tras finalizar el choque, murió pese a los esfuerzos de médicos de un hospital de Riobamba.
jueves, 13 de septiembre de 2007
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