Tras estar apartada de su carrera musical por medio de un matrimonio, dos embarazos consecutivos y un tumultuoso divorcio, Britney eligió esta gala para su reaparición. A tenor de las críticas, más le hubiese valido entrenar durante unos meses mas.
Cansada, en baja forma y nerviosa, la Spears fue de mal en peor en una discreta actuación. Los espectadores no ocultaron su sorpresa cuando Britney fallaba en el playback, se tambaleaba por el escenario o simplemente callaba y se contoneaba como la stripper que quería representar.
Los más amables definieron su actuación como "fruto de los nervios", mientras que voraces críticos, como la comediante Sarah Silverman, comentaron "ha sido bochornoso, pero al menos tiene a sus hijos, que son los dos errores más monos que ha tenido".
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