El futuro de McLaren y de sus pilotos, Fernando Alonso, Lewis Hamilton y Pedro de la Rosa, se está decidiendo en estos momentos en París. La sede de la FIA alberga una reunión decisiva del Consejo Mundial que tendrá que dictar sentencia sobre el caso de espionaje que implica a Ferrari y McLaren y que podría concluir con una durísima sanción a la escudería británica.
Las últimas especulaciónes, aportadas por fuentes de la propia FIA, advierten que tras analizar las nuevas pruebas del caso, se podría extender la sanción a los pilotos de McLaren, Alonso y Hamilton, que perderían entre 10 y 20 puntos en la clasificación del campeonato, lo que comprometería seriamente sus opciones al título en favor de los pilotos de Ferrari. Actualmente, Lewis lidera el Mundial con sólo 3 puntos de ventaja sobre Fernando, pero con 18 sobre Kimi Raikkonen y 23 sobre Felipe Massa.
Ron Dennis llegó en taxi
La expectación era máxima a las puertas de la sede de la máxima autoridad del automovilismo. El primero en llegar fue el gran patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, que lo hizo a las 8:20 horas, y el último Pedro de la Rosa, piloto probador de McLaren, a las 9:08. En ese intervalo de prácticamente 50 minutos llegaron los otros protagonistas, como Max Mosley, presidente de la FIA, Lewis Hamilton y la plana mayor de Ferrari, encabezada por Jean Todt y, sorprendentemente, Ross Brawn, hasta el año pasado uno de los máximos responsables del equipo rojo y actualmente retirado de la competición.
Pero la máxima expectación llegó con la llegada del 'patrón' de McLaren, el británico Ron Dennis, que lo hizo en taxi y rodeado de fotógrafos que dificultaron su acceso a la sede de la FIA, lo que generó algunos momentos de tensión. Otra sorpresa fue la presencia de Hamilton y De la Rosa, ya que a priori no está previsto que se les conceda un turno de palabra, aunque están en París por si acaso. El que no apareció fue Fernando Alonso.
Hamilton ya va rumbo a Spa
Hamilton abandonó la sede de la FIA a las 12:40. Aunque fue preguntado a gritos por los cerca de 200 medios de comunicación desplazados, el líder del Mundial de Fórmula 1 se limitó a sonreír y no abrió la boca. Lewis se subió a un Mercedes negro que debe llevarle al aeropuerto y, de ahí, al circuito de Spa, que alberga este fin de semana el Gran Premio de Bélgica.
Dada la enorme expectación que hay a las puertas de la sede de la FIA, no está previsto que los asistentes a la reunión salgan a mediodía, como inicialmente estaba previsto, así que la comida se desarrollará dentro de la citada sede, para continuar las deliberaciones por la tarde.
jueves, 13 de septiembre de 2007
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